Moda, vino y mujer… ¡Toda una combinación!
Con sinceridad debo decir que pese a no ser alguien, que se desvive por los estándares o tendencias de la moda, sí ésta no me deja indiferente, es más, me gusta observarla y disfruto de ella ocasionalmente, porque sin duda sugiere belleza y armonía, tal como lo hacen disciplinas afines como el arte y la música.
A raíz de esto, me encontraba revisando algunas imágenes hace algunos momentos, cuando tropecé virtualmente con la fotografía que les comparto, la cual me pareció que no sólo se trataba de moda, aunque así se encontraba rotulada. Por el contrario, ésta transmitía mucho más, que solamente la visión de una mujer, vestida muy elegantemente, en un ambiente de bar de gran sofisticación. Esta fotografía lograba comunicar nítidamente la combinación que se da en una mujer, cuando confluyen dos aspectos muy relevantes de su vida en un sólo instante: su apariencia y su estado anímico. Esto puede sonar evidente, pero quizás lo que lo hace relevante y atingente, es que ella en la imagen no está sola, sino acompañada por una copa de vino…
¿No les ocurre como a mí entonces, que en vez de sólo admirarla como lo harían con una fotografía de moda, pasan inmediatamente a tratar de adivinar, qué fue lo que le sucedió? ¿Preguntarse qué siente y porqué está ahí?
Es increíble como aquella copa de vino a medio llenar, en la esquina inferior izquierda de la foto lo trastoca todo o prácticamente todo lo que podamos pensar, se vive en la situación. Sin ella, naturalmente sentimientos como la melancolía, tranquilidad, reflexión y soledad vienen a nuestra mente, pero con la copa de vino estos se vuelven más precisos y podemos incluso divagar en posibles circunstancias: ¿Estará esperando a alguien? ¿O vivió un momento difícil y fue al bar para despejarse? ¿Será que está triste, porque quiere olvidar algo o a alguien y no lo logra? ¿Estará tratando de evitar encontrarse con alguien? ¿Dónde estará su mente? ¿Qué pensará? ¿Habrá vivido alguna desilusión? ¿O simplemente está cansada, algo agobiada por la indumentaria que tuvo que vestir esa noche?…
Variadas ideas surgen entonces, quizás ninguna de ellas es posible, quizás todas lo son, porque no debemos olvidar que en este tipo de fotografía es imposible no comunicar al observador una historia (o pretender que éste no la busque) y más aún, si como es en este caso, el vino juega un rol tan importante.
¡Salud!
IdV
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