Reciclar para compartir

Estarán de acuerdo conmigo que existen formas y formas de reciclar, algunas menos creativas que otras, algunas más llamativas que otras, sin embargo mientras todas ellas cumplan su fin, seguro se agradecerán con creces.

Personalmente admiro la creatividad, en todas sus formas y manifestaciones. Me gusta ver objetos que han sido creados gracias a una mente o un corazón creativo. Paralelamente, me gusta vivir experiencias nuevas, probar sabores y sentir aromas diferentes, conocer culturas y por sobre todo, tener aunque sea por cosa de segundos del lado mío, la ilusión e inspiración que algo nuevo provoca.

No sé ustedes, pero yo quedé encantada con estos objetos creados a partir de botellas recicladas. Son prácticos y simples, pero además constituyen en sí mismos, una «segunda vida» para la botella, la cual se aproxima bastante a su primer fin, donde era la compañera indiscutible de veladas compartidas entre seres queridos, con sus conversaciones y emociones, y disfrutando de deliciosos platos escogidos especialmente para la ocasión. En esta nueva oportunidad que se la ha dado, la botella puede nuevamente ser parte de esas ocasiones y en este nuevo rol sentirse cómoda y por supuesto muy útil, aún cuando difiera en parte el tipo de labor que realiza.

Sin duda alguna, las buenas ideas hay que premiarlas, sobre todo cuando éstas traen consigo no sólo afán de innovación, si no mejor aún, la conciencia del impacto, que puede provocar en quienes de ella participan, una vez ésta se concrete. Lo que se llama también sostenibilidad.

¡Salud!

IdV.

 

Más lecturas relacionadas: