Esa etiqueta me inspiró…

Pareciera ser que en materia de diseño es imposible que esté dicha la última palabra. Más aún, está en las bases de la disciplina el empujar las fronteras de lo existente más allá de la imaginación. Llevar las ideas varios pasos más adelante del presente y desde allí sorprendernos, dejándonos en ocasiones sin palabras.

Con esta etiqueta ocurrió algo de lo anterior. En primera instancia la propuesta parecía extremadamente inquietante. Una hoja o lienzo en blanco y un sinnúmero de posibilidades para quien finalmente abrirá y luego beberá el vino de la botella. Prácticamente no hay información del productor ni detalles del producto desplegados in extenso sobre el papel. Nada de eso. Lo que hay es un espacio para la creación, una oportunidad para dar rienda suelta a la imaginación. Incluso, es posible (y seguramente recomendable) emplear el mismo vino como medio y con él permitirse fluir, premunido de un pincel y firme determinación, a través de formas, movimientos, imágenes, figuras, luces y sombras…

Ahora, es probable que esta botella con esta etiqueta no sea para todos. Muy por el contrario, se trata de una experiencia que en sí se pensó para quienes están buscado la manera de dejar su impronta. Quienes buscan contribuir con trazo firme e inspiración a toda prueba, a terminar lo iniciado por el productor del vino, su obra.

¡Salud!

IdV.

Detalles del diseño lo encontrarás AQUÍ: Stina Wine for Inspiration
Detalles del vino lo encontrarás AQUÍ: Stina Wines (Croatia)