Misterios de Cava

Difícil describir las sensaciones experimentadas al adentrarse a una cava. ¿Suspenso, curiosidad? Puede ser. ¿Frío, humedad, encierro? Sin duda. ¿Ansiedad, expectación? ¿Asombro, inquietud?  Porqué no.

Hay algo en sus luces y sombras, en sus formas y estructuras, que invita a visitarlas, pero que a la vez envuelve con una sombra de misterio. En ellas habita el vino de ayer o el que será, por tanto por ellas la historia pasa, vive y trasciende. En sus rincones se pueden atrapar los recuerdos y avistar imágenes de tiempos pasados, en las formas que sugieren sus muros o figuras que se leen en sus cielos.

No hay calma mayor que aquella que envarga una vez en su interior, como si además el tiempo se detuviese y el silencio arrullara con su canto, al niño que duerme, al vino que descansa.

¡Salud!

IdV.