Rescatadas para decorar

Nunca dejo de sorprenderme con la creatividad y cuando se trata de encontrarle un digno «segundo fin» a los materiales descartables, la sorpresa se vuelve admiración a quienes tienen esa capacidad de expresar sus ideas renovadoras, a través de ellos.

No sólo me agradó muchísimo que esta nueva vida de la cajas de madera fuese tan útil, si no que me pareció por demás muy atractiva y versátil. Cada una en una posición justa, con una función muy definida y dándole movimiento, además de personalidad, a una austera pared blanca. La madera de por sí aporta calidez y en este caso, ésta se potencia con los colores de vajillas, libros y flores, cada uno objetos decorativos en sí mismos.

Con esto, se vuelve inevitable pensar que si esta decoración está ubicada en una habitación donde tanto residentes como invitados van a compartir gratos momentos, porqué no vaticinar que las cajas mismas podrían pasar a formar parte de la conversación, de las ocurrencias, de los recuerdos. Quizás, algunas de ellas sirvieron inicialmente para guardar vinos de larga data en la cava familiar, o a lo mejor al contrario, fueron sólo vinos comunes, que se compraron en alguna ocasión y que ésta fue la única forma de transporte disponible. O simplemente no fue su fin alhojar botellas de vino, pero sí frutas y entre ellas, algunas uvas…

Nunca dejo de sorprenderme con la creatividad y por lo mismo, espero que no cesen de expresarse con su arte, quienes la poseen como un don, más si ellos lo hacen quizás tangencialmente, para enriquecer nuestro mágico mundo del vino.

¡Salud!

IdV.

 

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