Resulta por demás curioso constatar que no es difícil encontrar una obra relacionada con el vino, que provenga de alguno de los artistas de renombre, que ha tenido la historia de las artes plásticas.
Por cierto existen de todo tipo, desde las figurativas hasta las abstractas, las que rebosan alegría y color, como las más oscuras y de formas provocadoras. Están aquellas donde el vino es indiscutido protagonista, el centro de la obra. También hay de las otras, esas donde el vino es un acompañante no menos importante, que enmarca a su manera, la situación representada gráficamente.
Si indagásemos un poco más en la motivación del artista por incluir al vino, quizás encontremos que se trata de una afinidad del mismo por la bebida, una relación donde todo aquello que el vino le entregó en horas de amistad y compañía, el artista se lo devolvió con su arte, a modo de agradecimiento. No obstante, en algunos casos se reconoce, que esa afinidad tomó un cariz de adicción y hubo algunos de ellos que desafortunadamente sobrepasaron los límites de consumo en forma poco debida. Ahí, sólo me queda añadir, que el vino, como con prácticamente todo en la vida, es para ser conocido, con sus defectos y virtudes, con el fin de luego ser tratado con respeto y sabiduría.
De todas maneras, sean cuales fueren las motivaciones, es por demás placentero revisar estas obras y ojalá sentirlas, porque de seguro a partir de todas ellas, podremos conocer una faceta del vino, que únicamente aquellos con sensibilidad artística son capaces de desentrañar y transmitir en su particular lenguaje.
¡Salud!
IdV.
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